Un trapecista con sabañones, un clavadista de charcos.
Como disecado por un sapo humanólogo.
Un piropo de ciego, un susurro de sordo.
un portero de bóveda; un bobo de puerta.
Muro enano; enano de jardín.
Gusano de la vid. Tinto malo.
Resaca eterna.
Linterna rota.
Cascote
Masacote
Iscariote
¡Volvieron los borbotones!
¡Volvieron los borbotones!
Las palabras se caen como estrellas fugaces
Se atascan, se mezclan a la salida.
Se inoportunan, se congestionan.
Se amontonan como botones
Y no son canciones; más bien cosas raras
Palabras aladas, dentadas
Mordidas de la vida, salidas de emergencia
Punto.
Paciencia
Letra directamente proporcional a la angustia
Matenática imperfecta
Regla de tres simple que muta a descompuesta
Y despejar equis sigue siendo el eterno dilema
¿Y cuándo la equis es uno?
Sismo
Temblor
Terremoto
Pasamos entonces a otra área
Con los nervios de punta, apunto mejor
Prolijo
Crispado
Desvelado como nunca, acelero sin ritmo
Ideas que gravitan y salen como flechas
Estela de humos, fugaces dioses
Opciones del camino
Desvíos
Atajos
No quiero tus flores como mordaza
No quiero morir en esta alfombra
Prefiero pisar la tierra al caer seco
Tampoco yo voy a hablar de la penumbra, flaco
Me voy a comprar una linterna con cuatro pilas grandes y ¡Sanseacabó!
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