Hacia principios del siglo XX, la incipiente industria automotriz y la invención del motor a combustión interna colocan al petróleo como el combustible del capitalismo mundial. En la Argentina, en 1907, se descubre en Comodoro Rivadavia el primer pozo petrolero que comienza a ser explotado. Ya en 1911 el presidente Roque Saénz Peña crea la Dirección General de Explotación del Petróleo. Pero son los gobiernos radicales quienes le dan el impulso necesario para que se transforme en una explotación estratégica para el desarrollo de la Argentina; durante las presidencias de Hipólito Yrigoyen y Marcelo Torcuato de Alvear, que en el año 1922 crea Yacimientos Petrolíferos Fiscales. Nombra director al General Enrique Mosconi, quien lleva a cabo una tarea encomiable y fundamental para transformar YPF en la empresa petrolera más importante de Latinoamérica, tomada como ejemplo por el resto de los países de la región para su propio desarrollo. Durante la presidencia de Perón se suscito una agria crítica encabezada por el joven militante peronista y fundador del peronismo de izquierda o peronismo revolucionario, John William Cooke; debido a los contratos petroleros que Perón pretendía firmar con la Standard Oil of California para la explotación del crudo y lograr el autoabastecimiento. Durante la presidencia de Frondizi, se firman los contratos petroleros con las empresas extranjeras, con lo cual se logra el autoabastecimeinto. Sin embargo es ferozmente criticado, ya que en su libro Petróleo y Política, sostenía que se podía lograr el autoabastecimiento sin la intervención de compañías privadas. Finalmente es otro presidente radical, Arturo Illia, quién anula estos contratos, costándole la presidencia a través del golpe de estado dado por Onganía. En los 90 durante la presidencia de Menem, con la desaparición de José Estenssoro que había desarrollado una acertada política petrolera, se decide la privatización de la empresa, entregando parte de la soberanía de los argentinos al capital privado extranjero y perdiendo uno de los recursos estratégicos del país. Decía Enrique Mosconi:
Resulta inexplicable la existencia de ciudadanos que quieren enajenar nuestros depósitos de petróleo acordando concesiones de exploración y explotación al capital extranjero, para favorecer a este con las crecidas ganancias que de tal actividad se obtiene, en lugar de reservar en absoluto tales beneficios para acrecentar el bienestar moral y material del pueblo argentino. Porque entregar nuestro petróleo es como entregar nuestra bandera.
Martín López
No hay comentarios:
Publicar un comentario