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miércoles, 14 de noviembre de 2012

Que los hay, los hay!


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“Guía práctica para ser un obsecuente exitoso”

Con el sano afán de generar una salida laboral a todos aquellos cuyas capacidades personales no se lo permiten, he decidido acercarles esta mini guía de comportamiento. Espero que les sea útil.
  • Encuentre al inepto con poder: de aquí en más, lo llamaremos Dr. I (por inepto). Es fácil de reconocer. Ocupa un cargo para el que no tiene capacidad, tiene contactos (sólo así pudo llegar) y, sistemáticamente, busca gente como Ud.: el eterno e imprescindible obsecuente!!! 
  • Ubíquese cerca y hágase notar: muéstrese adulador al extremo, halague las decisiones del Dr. I y refuerce sus acciones sin importar lo ridículas que sean. No ahorre palabras elogiosas acerca de su aspecto personal, su simpatía y su inteligencia. Recuerde que nada de esto,  necesariamente, debe ser real (y lo más probable es que no lo sea).
  • Aleje cualquier posible competencia: recuerde que toda persona que se acerca al Dr. Ipuede debilitar su posición. Identifíquelos: dé rienda suelta a su natural paranoia y no lo permita! Manifieste su desacuerdo con cada sugerencia que esta persona realice y hágale notar al Dr. I cómo estas sugerencias pueden perjudicarlo. No importa que esto sea real. Lo importante es que le demuestre que sólo Ud. le será incondicional. 
  • Recuerde criticar al Dr. I a sus espaldas: esto le permitirá saber qué opina cada persona de su entorno y, de esta manera, alejar a los potenciales contrincantes. Siempre que esté por realizar una crítica, recuerde comenzarla con la frase “A mí no me gusta generar rumores pero…” y acto seguido despáchese con cuanto rumor real o inventado pueda esparcir. Grabe en su memoria los comentarios despectivos de los demás. Los suyos, obviamente, olvídelos!
  • Nunca opine primero: espere a ver qué opina el Dr. I y siempre apoye sus decisiones, sobre todo si alguna otra persona opina de manera diferente. Recuerde que, de esta manera, le demuestra que Ud. es incondicional y refuerza su propio lugar como obsecuente principal.
  • Monopolice la información: algunas personas opinan que compartir la información ayuda a mejorar el desempeño de cualquier organización. Esto no aplica a Ud. ó al Dr. I. No comparta de manera voluntaria la información y, si debe hacerlo, recuerde  la receta de la abuela: guarde siempre un ingrediente para que “la torta” no le salga bien a otros. No olvide que ambos apuntan a perpetuarse en sus cargos, no a ser eficientes. Nota: no hace falta tener información para ocultar. Alcanza con que la gente crea que Ud. la tiene.
  • Enemiste a sus pares: nada mejor que las peleas entre quienes le puedan hacer sombra. Dividir para reinar es la premisa. Una vez identificadas 2 o más personas del entorno con buena relación laboral, acérquese a alguna de ellas y hágale notar cómo la otra le está “moviendo el piso”. Luego tome distancia y deléitese viendo el fruto de su tarea. Alternar el chisme entre las partes y ver como la rivalidad va in crescendo mejora el efecto deseado. Importante: genere interés y luego hágase rogar. Incluya frases como “Me parece terrible que te hagan esto…” y caras de “qué barbaridad” y de “no lo puedo creer”. Hablar por lo bajo y mirar de reojo a quienes están cerca es una buena manera de crear ambiente de confabulación y jugar al inocente mostrando su apoyo incondicional, es la mejor forma de mantenerse al margen de la tormenta que Ud. mismo genera. 
  • Nunca pregunte a quien sabe: en esto debo ser enfático ya que cualquier desviación puede ponerlo en una posición incómoda. El Dr. I debe estar convencido de que no hay otra persona en la organización que pueda dar respuesta a sus requerimientos. No importa si la respuesta la puede conseguir en 1 minuto preguntando a algún compañero de trabajo. Tómese su tiempo y ubique la respuesta por sus propios medios. Incluso si la respuesta demora y/o es errónea, es mejor que sea Ud. quien la consiguió. Nunca dé crédito a nadie. Si es posible aprópiese de las ideas ajenas. En su posición y dadas sus capacidades, es más fácil que conseguir ideas propias.
  • El éxito es propio y el fracaso, obviamente, ajeno: como dijimos en el punto anterior, hágase cargo de las ideas brillantes (con que sean buenas ideas, alcanza) pero si ve que el tema se orienta a un fracaso, cambie inmediatamente el rumbo y comience a encontrar culpables para quedar libre de toda sospecha. No se preocupe por la evidente falta de lógica, recuerde que quién evaluará la situación es el Dr. I y Ud. a esta altura debería conocer cómo piensa.
No olvide que su relación con el Dr. I es netamente simbiótica: él lo necesita para justificar su inoperancia y Ud. lo necesita porque sólo bajo su protección, no le darán una patada en el culo. Recuerde que, en organizaciones que son capaces de mantener a un Dr. I y a alguien como Ud., lo importante no es la eficiencia sino la permanencia!!!
Nota: cualquier semejanza con la realidad es pura… observación!

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